lunes, 29 de agosto de 2011

La Vicerrectora nos escribe: Una reflexión para todos y todas.

Quiero hacer llegar algunas reflexiones en cuanto a la actividad llevada en el Centro de Formación Los Caracas – Playapol-, encuentro que se realizó hace una semana con la finalidad de conocer un poco los líderes dentro de los centros de formación en materia educativa. 

En mi opinión superó las expectativas que se tenían previstas; realmente mis coordinadores/as,  cada uno/a cuenta con educadores/as, que se ven comprometidos con este proceso y esta ideología, algunos con debilidades formativas, pero con un gran convencimiento de que esta es una vía de educar y emancipar a un grupo de funcionarios/as que cambiarán la cultura policial.

El reto que nos toca es duro, pero segura estoy que con ustedes a la cabeza lo lograremos, para ello debemos leer mucho, estudiar muy duro y comprometernos con todo este proceso que al final nos hará ver que nuestra utopía es realidad.
Ustedes son los que deben  emancipar a sus Jefes/as de Unidades curriculares de una nueva concepción de la educación, en donde la vean no como un lugar donde se vomita el conocimiento, no como un lugar donde se crea que el profesor/ra es el que lo sabe todo, no como un lugar donde se vean a los estudiantes como meros sacos para comercio en donde se sientan que ellos/as están necesitados de algo que sólo el o la profesor/ra conoce; al contrario, nuestra formación debe apuntar a una educación integral, bien lo decía nuestro Maestro Simón Rodríguez debemos educar y formar más que enseñar. Para ello, debemos garantizar que nuestros espacios formativos  sean sitios donde se dé la problematización, donde se logre la dialogicidad y en donde surjan mecanismos para lograr que todas/os nuestros/as discentes salgan a las calles siendo hombres y mujeres críticos de las realidades,  ganados al bien de la sociedad, y apuntando siempre a la auto regulación de todas nuestras comunidades.

Este es nuestro gran reto. Educar es un proceso muy complejo, y más aún dentro de esta universidad que no apunta al tradicionalismo que tanto nos ha dañado a todos/as, esta es una universidad que como su nombre apunta nos UNES, nos unifica a un solo ideal pedagógico, un solo ideal político y un solo ideal del socialismo, del buen servir, del buen trabajo y por supuesto del buen VIVIR. No pretendamos que nuestros espacios de formación sean espacios donde se dé el conocimiento conceptual. Debemos apuntar a que nuestros espacios estén pensados en sitios donde se dé la praxis liberadora que impulsen a cada uno/a a realizar el trabajo que se requiere, no se limita a ser un simple discurso sin implicaciones prácticas y concretas, sobre todo cuando dicha reflexión gira en torno a una situación humana que amenaza con destruir la dignidad y la vida de los hombres y mujeres que por mucho tiempo fueron oprimidos, por lo tanto, la reflexión en torno a esta situación desemboca en la liberación económica, espiritual e intelectual de los pueblos socialmente oprimidos como cumplimiento del deber ser.

Para el logro de nuestra meta debemos constantemente establecer metodologías formativas y evaluativas que apunten al accionar que todos/as nuestros/as dicentes  realizarán en su campo laboral, metodologías de aprendizaje que logren vincular el contenido, la teoría con la realidad de su quehacer, que cuando él o la discente esté en su campo laboral, le parezca estar en su espacio de formación, que las y los discentes no logren ver la diferencia de su quehacer con la formación, con las Unidades Curriculares, con sus actividades hechas, al contrario que lo vea como un todo y que una deviene de la otra.

Esforcémonos en mirar las estrategias evaluativas donde la evaluación apunte a mirar el logro de la formación en tres dimensiones a saber: la formación moral, la formación intelectual y la formación física. Ta difícil saber quién es un sujeto moral, por eso siempre es más fácil evaluar si sabe sumar, restar, si conoce la ley o si sabe de vigilancia y patrullaje. También es muy sencillo saber si tienen entrenamiento físico porque eso sí que tiene medidas igual que lo anterior. El problema es valorar su capacidad de discernimiento y que siempre decida por el bien. Por eso las evaluaciones deben ser senti pensantes. Evaluaciones que nos permitan aproximarnos al mundo interior y a los reales juicios y representaciones que tienen las y los discentes sobre la vida, la policía y demás asuntos.

Hay que pensar en evaluaciones duras para mirar si realmente conjuga todos sus saberes con la realidad que le tocará vivir. No estaría en desacuerdo con exámenes de desarrollo donde puedan aplicar cada uno de estos contenidos, pero jamás para  repetir ideas, sino para aplicarlas. Evaluaciones donde se tenga que aplicar el conocimiento, el discernimiento, la crítica, la reflexión y sobre todo donde ponga en práctica su posición moral. Trataría de realizar las evaluaciones más individual que grupal, porque al final el o la funcionario/a estará en casi todo su momento de trabajo solo/a o con un mínimo de compañeros/as y que al final deberá él o ella decidir y tomar decisiones en un punto en particular y decidir cuál es el mejor modo o manera. Apuntaría a realizar   evaluaciones de casos, dilemas o problemáticas a resolver,  evitaría trabajos para hacer fuera de los espacios de aprendizaje, ya que al final ni siquiera sabemos quién lo realizó. Estoy de acuerdo con el  trabajo colectivo pero con posiciones individualizadas, es decir, que en esos trabajos colectivos cada uno/a tenga su actuar individual y su posición frente a una situación determinada, tenemos que manejar las evaluaciones con estrategias de su quehacer; las carteleras, los trabajos a veces no dicen mucho; en ocasiones las dramatizaciones no dejan ver el análisis individual y la resolución de conflicto que él o la funcionario/a debe realizar en su campo de acción, en fin es tan duro el tema de evaluación en esta universidad que debemos tener una conexión de las estrategias de formación con éstas. Por ejemplo, puedo colocar una película como espacio de formación, pero al final la evaluación debe ser individual mediante preguntas generadoras o actividades que logren medir la capacidad de discernimiento y realizar un enfoque de las tres dimensiones antes descritas.

Para ello, necesitamos educadores/as capaces, claros/as ideológica, política y educativamente para enfrentar esto, segura estoy que con ustedes a la cabeza formando sus jefes/as de unidades curriculares podrán lograr el ideal de educador/ra que se requiere en nuestro centro de formación; y recuerden en todo momento cuando piensen en educadores/as ahí deben estar siempre nuestros/as monitores/as quienes también lo son, y siempre en todos estos espacios los invisibilizamos, muestra de ellos fue nuestro encuentro en Playapol. Cada vez que hablemos de educadores/as se deben sumar a nuestros/as policías que son pieza clave y fundamental para la buena formación de nuestros/as discentes. Por último recordarles,  que con formación transformaremos, ese es nuestro lema.

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